Ermita San Ildefonso

Enrique IV de Castilla, hizo construir una casa y una ermita dedicada a San Ildefonso, en un pintoresco sitio denominado Casar del Pollo, propiedad del llamado Pedro el Santo al que se indemnizó con 500 maravedíes anuales. Posteriormente los Reyes Católicos donaron los terrenos a la comunidad de jerónimos del Parral, monasterio que se encuentra a orillas del río Eresma, en Segovia. La finca donada por los Reyes Católicos se componía de dos casas viejas con corral, un huerto, un trozo de terreno denominado Nava la Loba, una poza para macerar lino, y el llamado Casar del Pollo. Posteriormente se edificó una casa-hospedería, cuyo claustro aun se conserva intacto en el centro del Real Palacio, y donde los monjes jerónimos solían pasar la estación veraniega.
Esta granja de recreo del monasterio del Parral fue el primitivo origen del sitio y a ella debe su nombre.

Doscientos cuarenta y dos años después de que este terreno fuese donado por los Reyes Católicos a los monjes Jerónimos, Felipe V lo descubrió. El enamoramiento que sufrió con el lugar le llevó a decir la construcción de un palacio donde retirarse en los meses estivales. Para poder llevar a cabo su sueño ordenó la compra a la comunidad del Parral de la granja, la ermita y de todos los terrenos anejos, con las edificaciones que en ellos se encontraran.

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