Iglesia de Nuestra Señora del Rosario

Iglesia de Nuestra Señora del Rosario

También es conocida como iglesia del Cristo por la gran devoción que se mantiene al Cristo del Perdón, obra de Luis Salvador Carmona, del que se conservan otras siete imágenes.

La construcción que data de 1735 fue promovida por la Cofradía de los devotos de la Virgen del Rosario. El proyecto se realizó gracias al apoyo de Isabel de Farnesio por Sempronio Subissati.

La entrada a la iglesia se realiza atravesando un atrio, en el que desde 1740 se instala el cementerio, hasta que se trasladó a los exteriores de San Ildefonso en 1784.

El origen italiano del maestro explica el estilo barroco tardío italianizante de dicha fachada: tres cuerpos, uno central coronado por un frontón triangular, y dos laterales curvos. En los extremos aparecen otros dos cuerpos que podrían ser los arranques de las torres que nunca llegaron a terminarse. Como en otros edificios, los revocos animan las sobrias superficies de los muros en los cual se han suprimido otros elementos frecuentes fachadas de iglesias, como columnas y pilastras. La división en tres cuerpos de la fachada anuncia la disposición interior: nave, crucero, cubierta con bóveda rebajada y articulada con pilastras toscanas, y tres capillas en cada lado.

De la reina surgió la idea de dedicar las capillas a Santa Águeda y San Antonio. Se eligieron las dos centrales de cada uno de los lados de la iglesia, se cubrieron con cúpulas sobre pechinas y se adornaron con dos retablos de mármol hechos en Génova por Cayetano Quadro y Alexandro Aprile, según los diseños de Sempronio Subissati. El mármol utilizado es blanco y sanguíneo veteado, y cuenta con un zócalo, dos columnas de orden compuesto y un frontón quebrado de remate. En el centro de cada se colocaron en 1774 dos imágenes que hoy podemos ver, la del Cristo del Perdón, obra de Luis Salvador Carmona, y la Soledad, en el lado del Evangelio y de la Epístola respectivamente. El altar mayor cuenta con un retablo barroco tardío, y está presidido por un cuadro de Andrea Procacciní, pintor y director de las obras del Palacio

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