La industria vidriera se estableció en el Real Sitio de San Ildefonso a comienzos del siglo XVIII, siendo una de las principales razones de la elección del lugar la disposición de los recursos naturales necesarios. La industria lleva aparejado el desarrollo de infraestructuras que permitían el uso inteligente del agua.
En 1727 en la Granja de San Ildefonso se construye una Fábrica de Cristales Planos, dirigida por el maestro Ventura Sit. En ella se fabricaban vidrios para ventanas y espejos.
Frente a esta Fábrica de Cristales Planos, se ubicaba la Casa del Pulimento, edificio que albergó la primera máquina hidráulica del pulimento, inventada por el maestro vidriero Ventura Sit y el maestro albañil Pedro Frontvilla en 1743. Esta máquina, alimentada por las aguas procedentes de los Jardines de Palacio, podía accionar un total de dieciséis pulidores para desbastar las lunas destinadas a la fabricación de espejos.
En los primeros años de la década de 1760 el pulimento se traslada al exterior del recinto urbano, junto al Arroyo Cambrones. Por ello, en una parte de este edificio se estableció una fábrica de Acero y Limas, dirigida por el ingeniero irlandés Juan Dowling
La casa de pulimento se trasladó a la orilla del río Cambrones. En el interior de este edificio se encontraba la máquina del pulimento, una revolucionaria máquina hidráulica diseñada en 1761 por el ingeniero irlandés Juan Dowling. Esta máquina era capaz de accionar hasta un máximo de 100 pulidores a un mismo tiempo y desbastar las lunas de vidrio, con el consiguiente ahorro en los costes de producción. Se construyó con los restos de la antigua máquina del pulimento, de la que ya hemos hablado. Resultó tan ventajosa que Juan Dowling fue nombrado Ingeniero Hidráulico de las Fábricas del Reino. Prueba de su importancia, es que aparece dibujada en la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert, como máquina modélica para el pulimento.
En el proceso de la fabricación del cristal se raspaban y pulían sólo las lunas que iban destinadas a la fabricación de espejos. En estas máquinas hidráulicas se desbastaban las lunas de menor tamaño, mientras que las de gran tamaño se desbastaban manualmente, dado el alto riesgo de roturas.
Además de las anteriores se localizaban en el Real Sitio de San Ildefonso una Fábrica de Cristales Labrados y de Entrefinos. Se elaboraban cristalerías, objetos de adorno, óptica y farmacia, siguiendo la técnica del vidrio soplado con caña. En 1746 llega el maestro Dionisio Sibert con un grupo de vidrieros franceses. Comprobada su destreza, dos años después se realiza un proyecto con el fin de levantar una nueva Fábrica de Cristales Labrados en este lugar.
Dentro del programa reformista encomendado por el Monarca Carlos III, se encontraban también proyectos industriales, los cuales afectaron directamente al Real Sitio de San Ildefonso pues es dentro de estos proyecto donde se crea la Real Fábrica de Cristales de La Granja, centro pionero y puntero de la Investigación y el Desarrollo a nivel mundial dentro del ámbito del vidrio. A finales de septiembre de 1770 la Fábrica de Cristales Planos, situada en el interior de la población, muy cerca de la Plaza de los Dolores, había sufrido un importante incendio, causa por la que el rey Carlos III mandó que se trasladara fuera del recinto urbano. El lugar elegido se encuentra junto a la Fuente del Príncipe, y el proyecto fue encargado a José Díaz Gamones, bajo cuyas manos recayó levantar un edificio acorde con el ornato del exterior y lo suficientemente sólido para solucionar el problema de los incendios.
La fábrica ocupa una enorme superficie rectangular que acogió las diferentes técnicas del vidrio en etapas sucesivas. Este magnífico edificio se construyó primero para hacer cristales planos, pero, en 1785 y después de haber sufrido un incendio el edificio donde se producía la fabricación de cristales labrados, esta labor se ubicó también en el nuevo edificio. Aun hoy se produce cristal en esta Real Fabrica con los métodos tradicionales de soplado.
La Multinacional Sant Gobain, que se encuentra próxima a la Real Fábrica de Cristales de la Granja y en la que se desarrolla una importante actividad generadora de empleo en nuestro municipio, realiza un aprovechamiento de aguas procedentes de arroyos del término, para la cual dispone de un entramado de canales, estanques, etc.